Hay algo que soltar. Los mechones llenando el lavatorio. Un enojo, una tristeza. Desconcierta la nitidez de los azulejos, el primitivo moho, la esponja naranja. Quiero romper con la cabeza lo que sólo puede absorber el corazón. Y mis manos esperan. Ésos asombrosos adminículos elásticos que tengo a mi disposición, esperan.
Muevo sus misteriosas falanges y las sombras caminan.
Reseñas para Acción
Hace 5 años
6 comentarios:
Cómo me gusta tu vena poética, Mara y cómo nos haces esperar. Un beso, entro de anónima, pero soy Vanessa.
Hola Vanessa qué bueno leer tu comentario. Y no es que me hago esperar es que a veces no aparecen. Las piezas tienen sus propios designios y uno no siempre es el canal adecuado. Gracias y abrazo. M
Mara:
Hay en tu poema una expectación constante. Como de algo que está apunto de ocurrir y aun no ocurre pero se intuye.
No sé porqué, pero el movimiento de esa mano me hizo pensar en ese momento en el que uno entra a un lugar que ha estado deshabitado y oscuro por mucho tiempo,a esas arañas que viven en los rincones que la mirada no penetra, y que al mover algo salen despavoridas.
Me gustó mucho la frase de cierre:
las sombras caminan. Porque todo lo anterior termina de encadenarse a ese movimiento de las sombras.
Gracias por compartirlo.
Espero que haya más todavía...
saludos
Hane
por acá se respira aires poéticos... o sólo es un vientito pasajero?
saludos
¿Y fue entonces cuando te pusiste a limpiar el cuarto de baño?
que grata sorpresa encontrar este blog entre tantos clones de bestiaria.
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